Mujer menuda, nerviosa, fuerte y lista.
Sus ojos vivos, sus ojos listos...
Contaba historias, grandes historias,
y amaba todo lo que la rodeaba.
Sufrida, apenada, elegante y señorial...
Sus hijos, sus amores;
sus nietos, su locura;
su vida, su pasión.
Luchadora hasta el final,
nunca se dio por vencida.
Su alma está siempre conmigo
porque la quise, la quiero y la querré.
¡Hasta siempre, madre!